sábado, 28 de noviembre de 2015

#14Nal 148: Examen de maestría


Por. Nunca, nada… volverá a ser igual.

A la memoria de Gloria Contreras, bailarina y coreógrafa, para nunca dejar de soñar con nuestro cuerpo.

Dijo, “piensa todo el tiempo, esto para qué me sirve y qué puedo hacer con ello”. La frase es de la doctora Fátima Fernández Christlieb, asesora de nuestra tesis de licenciatura, y fue su respuesta cuando le informamos que estábamos matriculados en el Programa de Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Han pasado 5 años desde entonces. A Fátima Fernández le hemos pedido conejo cada que muere un icono de periodismo. A ella volvemos ahora que defenderemos nuestra tesis de maestría, “Masculinidad Aprendida: Factores intrincados para la transmisión el VIH entre hombres de la Ciudad de México”.

¿Por qué decimos que la Masculinidad es Aprendida? Porque aunque no buscamos sustituir el debate aún irresuelto con respecto a lo que R. Connell denomina “masculinidad hegemónica”, si hurgamos en la masculinidad desde un ángulo-analítico de “interdependencia social”. En el sentido de que más allá que por ser homosexuales, el VIH entre los hombres se transmite por la manera como los estamos socializando: con ellos mismos, con otros hombres… De modo que además de poner el dedo sobre el aspecto de la homosocialización que caracteriza al proceso de masculinidad, también mantuvimos al riesgo como una aspecto inherente al mismo (como ya planteaba el concepto de Connell) pero complejizándolo a partir de una lista de factores identificados mediante investigación de gabinete y en términos del VIH.

Encontramos que sí, que independientemente de la orientación sexual que los hombres asuman,  no dejan de ser hombres y en ese sentido, no están exentos de replicar un modelo de masculinización tendiente a la competencia, los encuentros sexuales fugaces, genitalizados, ocasionales, muchas veces clandestinos, en espacios públicos y la mayoría de las veces… sin  protección. Con esto, además de confirmar al riesgo como ese “núcleo duro” del proceso analizado, evidenciamos a la doble moral al respecto, como una de las causas que explican la “feminización de las estadísticas” y el aumento de diagnósticos de VIH entre mujeres monógamas y/o con parejas masculinas estables.

Además nos permitimos conversar con cuatro personas que viven con VIH para sondear en qué medida, sucede lo desarrollado anteriormente. Encontramos que sí, que además de ser poco conscientes de “a qué se debe su ser hombres” o “qué los define como tales”, siguen sosteniendo prácticas sexuales de riesgo. Motivos para hacerlo hay varios y aparentemente son distintos. No obstante, las conclusiones apuntan a que es necesario deconstruir las masculinidades. Esto es, modificar sustancialmente la manera como estamos socializando a los hombres. ¿Por qué? Porque aún se sigue pensando que el VIH es una Infección de Transmisión Sexual que sólo afecta a hombres homosexuales y “otros sectores vulnerables” de la población, como personas usuarias de sustancias inyectables y trabajadoras o trabajadores sexuales –en ese orden-, tal y como lo pregonan las estadísticas de los organismos oficiales en la materia. Sin olvidar las falsas creencias que arraigan los “hombres muy machos” con respecto a que aquel que penetra a otro no es homosexual y por lo tanto, es inmune al VIH.

No, nada de esto es así. Efectivamente el tema el VIH en un espacio geográfico como la Ciudad de México es por demás complejo. Por eso la tesis que defenderemos este lunes 30 de noviembre al filo de las 17 horas en el salón 7 (edificio “F”) del Programa de Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales; constituye un acercamiento novedoso al tema, sino ponga atención a la manera como los medios abordarán el mismo al día siguiente, lunes primero de diciembre. Usted también, como ente pensante, revise, analice y reflexione sobre cómo percibe, entiende y atiende el fenómeno del VIH. Desde sus experiencias, con sus prenociones y prejuicios a respecto… sin miedo. Si tiene tiempo y quiere acompañarnos le esperamos en nuestro examen de grado, porque como dijera la doctora Fernández Christlieb, “todavía no puedo hacer mía esa frase de José Emilio Pacheco que dice ‘ya somos todo aquello contra lo que luchábamos a los veinte años’. Aún comparto con mis alumnos esa gana de querer cambiarlo todo y aún me siento fuerte para arriesgar lo que sea necesario en los años difíciles que están por llegar”.

Allá nos vemos…